Lo temperamental de la raza – anudado a su comportamiento nervioso y obstinada personalidad – hace del Bull Terrier un perro con especial necesidad de adiestramiento, ese que le permita al dueño manejarlos ¿Cómo adiestrar a estos imponentes perros? a continuación las pautas elementales.
Importancia del adiestramiento para el Bull Terrier:
La fuerza y carácter del Bull Terrier le ha dado una fama similar a la del Pitbull, la de ser razas peligrosas, pero estos dos aspectos no tienen por qué restarle mérito; adiestrados como es debido, los perros de la raza pueden moldear su terca personalidad al punto de desenvolverse de forma sociable y juguetona.
La actitud dominante del Bull Terrier complica su adiestramiento, por lo que la educación debe comenzar desde temprana edad; una vez en casa, el dueño tiene que dejar claro quién es el amo, de ahí que conocer su carácter y enseñarle que no es líder de la manada, son dos objetivos que tiene que ir de la mano.
Educación básica del Bull Terrier:
A modo groso, el adiestramiento básico del Bull Terrier se basa en enseñarle ordenes claras que faciliten la convivencia; desde el aprendizaje de los lugares para defecar, hasta los sitios en los que pueden o no dormir.
Bases para adiestrar un Bull Terrier:
Siguiendo algunos principios elementales entrenar a un Bull Terrier no tiene porqué ser una misión imposible, incluso, siguiendo las 4 pautas sugeridas a continuación se facilita el desarrollar un vínculo cercano y cómplice con el perro, logrando así que muestre respeto y amor hacia su dueño:
1. Obediencia y socialización:
Lo territorial, activo y juguetón del Bull Terrier se equipara con su inteligencia y buena respuesta al entrenamiento; estos aspectos deben ser valorados por los dueños, quienes tendrán que dedicarse a su educación desde el primer momento, a fin de cuentas, la obediencia y la socialización se aprenden mejor en los primeros meses de vida.
La forma de canalizar el entrenamiento influye mucho en los resultados, al igual que otras razas dominantes, el Bull Terrier no responde bien a los gritos; en su lugar, conviene motivarlos con golosinas y juguetes, herramientas ideales de entrenamiento, de ahí lo necesario de compensarlos cuando obedecen o responden correctamente las órdenes.
2. Delimitar los territorios:
Los cachorros de la raza se caracterizan por ser bastante turbulentos, entendiéndose la necesidad de que su entrenamiento en casa se haga en un lugar cómodo y seguro, delimitando las áreas que son territorio de ellos y cuáles no; todo ello con firmeza, paciencia y sin olvidar el refuerzo positivo antes mencionado.
3. Atraer su atención:
Sera imposible educar a un Bull Terrier si no se consigue que el perro esté atento mientras es adiestrado; el amo, deberá decir su nombre y esperar su mirada, seguido de ofrecerle un incentivo – sea un “bueno”, una golosina o acariciarlo – la constancia y determinación son puntos clave, aun cuando invada la frustración si el cachorro no escucha, esa es su naturaleza.
Estresar al perro tampoco dará resultados favorables, ante estas situaciones conviene hacer break en el entrenamiento y reintentarlo luego; una vez captada su atención, los ordenes simples como “Siéntate” resultan de gran ayuda, al igual que ordenarle mirándolo a los ojos y señalando la acción que se desea ejecute.
Cabe acotar la necesidad de enseñarle un orden a la vez, al igual que entrenarlo con comida o jugando con él, tras la ejecución correcta de cada orden, felicitarle y premiarle para que sepa que lo está haciendo bien.
4. Verificar el comportamiento y reforzar los roles:
Como se comentaba, la socialización forma parte esencial en la educación del Bull-terrier, de ahí que velar continuamente el comportamiento del cachorro se vuelve crucial, el amo deberá habituarlo, mostrándose firme en su carácter sin llegar al castigo físico.
Aun siendo pequeños cachorros, los Bull Terrier habrán de entender que es su dueño el que manda, aun cuando le brinde cariño y lo recompense en su progreso.
¿Cómo felicitar o premiar a un perro Bull Terrier?
Es prácticamente imposible pasar el tiempo premiando a una mascota cada vez que haga algo correcto; en efecto, los premios o motivaciones son parte indispensable del entrenamiento, es por ello que una vez aprendidos con normalidad los ejercicios básicos, la misión es ir alternando dichos premios con palabras de elogio y felicitación.
Frases como «Muy bien» o «Buen chico», irán puntualmente reemplazando a las recompensas físicas hasta conseguir su completa eliminación, no es necesario resaltar demasiado la importancia de conservar las muestras verbales, de lo contrario, cabe la posibilidad de que se pierda terreno en el camino avanzado.
¿Qué es lo primero que debe enseñársele a un Bull Terrie?
Para muchos amos, lo elemental que debe aprender el Bull Terrier cachorro es el aprendizaje vinculado a los lugares donde puede defecar, lo que puede conseguirse colocando papel de periódico en la zona destinada a tal fin, y premiarlo cada vez que lo haga ahí.
Respondan a su nombre y se sientan cómodos al ser tocados:
En otros casos, se valora más que el perro responda al llamado del dueño o que se muestre relajado al ser tocado; en este sentido conviene llamarlo por su nombre – el cual debe ser sencillo – y nunca por diminutivos que tiendan a confundirle, habrá que repetírselo habitualmente hasta que consiga asociarlo consigo mismo.
Respecto a habituarle al contacto, es apropiado acercarse al perro cada que se llegue a casa, y tocarle el cuerpo a fin de que se acostumbre a ser acariciado, sin sentirse molesto, adicional a una mejor relación mascota/dueño, esta práctica facilita las cosas al momento de llevarle al veterinario.
Evitar se suba o muerda los muebles:
La mejor forma de evitar que el perro se siente en el sofá es aplicar el método que las madres utilizan con sus cachorros ¿Cuál? tomarlos por la piel de su nuca, zarandéale y bajarlos mientras se le dice con firmeza, «No».
Ahora bien, si la meta es que no muerda los muebles, ignorarlo se convierte en la mejor arma; cuando se le regaña, el Bull Terrier acostumbra a repetir la acción para llamar la atención.
La solución al problema puede estar en irse a otra habitación y hacer algo que despierte su interés, para que acuda sin necesidad de ser llamado.

